El reciclaje no es una tendencia, es una necesidad. Y muchas veces la solución la tenemos delante de nuestras narices, porque la naturaleza ya había pensado en ello antes que nosotros: ¿qué mejor packaging para una fruta o verdura que su propia piel?
Los diseñadores de Milan Simone Carona, Paolo Stefano Gentile y Pietro Gaeli han desarrollado un concept de lo más interesante para las empresas de las french fries, ya que éstas producen una gran cantidad de desechos de cáscaras de patata. La idea de este proyecto es utilizar este material para crear un envase de comida callejera. La cáscara de patata se compone de almidones y componentes de fibras, que después de la maceración y el secado natural, adquieren la capacidad de unirse entre sí y endurecerse. El material obtenido está completamente hecho de residuos de producción y es 100% biodegradable. Después de ser utilizado, el envase puede reinsertarse de forma útil en el ciclo biológico y convertirse en alimento para animales o fertilizante para las plantas.
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